Prensa














Diario La Nación:
EL VESTUARIO INTERVENIDO POR TRES ACTORES.
Por Pablo Gorlero.
El eje de todo lo que allí ocurre está en la piel de Alejandro Hener, Patricio Aramburu y Nahuel Cano, quienes demuestran una conexión perfecta que logra momentos de gran intensidad. Con actitudes, consiguen trazar una radiografía de tres muchachos comunes de pueblo, cuya insatisfacción trata de simularse con lo cotidiano o la hipotética paz parece fundirse con un aburrimiento que cercena y tortura.
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Diario Crítica de La Argentina:
UN VESTUARIO MASCULINO ESTRE LA MUERTE Y LA ESCAPATORIA.
Por Leni González.
Tres grandes actuaciones sostienen con firmeza la acción casi promiscua. Frente a los centímetros que los separan del público, logran unificar la respiración: todos estamos ahí, en el vestuario, en el hueco, esperando salir de la cercanía de la muerte, si es que acaso se pueda abrir una puerta a la angustia.
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Diario Página/12. Suplemento Radar:
TRES AMIGOS Y UN FUNERAL. Por Mercedes Halfon.
El vestuario donde están refugiados estos personajes es muy pequeño, los actores se mueven tan cerca de los espectadores que hasta pueden rozarlos. Algo del agobio en el que estos chicos de provincia viven su rutina cotidiana (en Buenos Aires o fuera de ella), los movimientos circulares de los que no pueden escapar, aparece en la incomodidad del espacio pequeño. En ese sentido, el espacio “no convencional” del club es tomado por la obra de una forma más que contundente. No se trata de una pura gestualidad sino que todo resuena, todo se vuelve materia emocional del teatro...
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Revista Veintitrés. Por Sergio Di Nucci.


ÁGORA DE SUBJETIVIDADES:
CUANDO LO PRIVADO INTERVIENE LO PÚBLICO.

Por María Laura González.


“Realmente vale la pena. El espacio se convierte en escena sin elementos ajenos a lo que es un vestuario. Los personajes se perfilan gracias al gran trabajo de dramaturgia y a las muy elaboradas actuaciones. La obra va creciendo, el humor indirecto vira a situaciones dramáticas. Una experiencia muy interesante donde se nota que hubo muchísimo trabajo, todo con una dimensión inusual. Genera inquietud en el público. La obra tiene una combinación de elementos realmente interesante.” Moira Soto (Radio Ciudad)


“Gómez y los excepcionales intérpretes Patricio Aramburu, Nahuel Cano y Alejandro Hener vindican la reconfiguración poética del cuerpo y de la psique como fundamento de la comunión teatral”. Gustavo Emilio Rosales (Revista DCO, México)


"...Las mujeres, el amor, el sexo, el deseo, la frustración, el sueño de una familia y la contradictoria sensación de perder la libertad individual con ello… Las mezquindades, falsedades y traiciones de una sociedad hipócrita… El aburrimiento, la falta de proyectos, el opio del alcohol y las horas jugando frente a la computadora… y la inteligencia suficiente para advertir que todo eso es una gran fachada para tapar verdades que nadie quiere ver".  Ver nota completa

Gabriel Peralta (críticateatral.com.ar):
“En el reducido ámbito de un vestuario de un club, que la teatralidad lo constituye en espacio escénico, tres seres irán confrontando sus vidas evidenciando las distintas realidades de aquellos que se van y de los que se quedan (…) Las actuaciones de Patricio Aramburu, Nahuel Cano y Alejandro Hener son estupendas. Cada uno muestra las variadas facetas de una persona, en ellos las riquezas y miserias de sus personajes cobran una gran intensidad”.  Ver nota completa

Edith Scher (Alternativa Teatral):
“Contener el conflicto hasta dejarlo salir lentamente, insinuándose a veces, y bruscamente en otros momentos, es la tarea de los actores que logran notables trabajos, tanto desde la composición de diferentes perfiles (cada uno está muy bien definido como personaje y es muy distinto a los otros dos), como desde el modo en que transitan sus conflictos”.  Ver nota completa

Carlos Diviesti (Blog de la esquina peligrosa):
“El gran mérito tanto del texto como del espectáculo es que Juan Pablo Gómez utiliza recursos del realismo no para hallar la verdad sino para recrear un verosímil, y encontrar humor en el dolor u hondura en la superficie”.  Ver nota completa

Lucho Bordegaray (Revista Llegás / Blog Montaje decadente):
“Con gran economía de recursos y un elenco de gran riqueza en su heterogeneidad (Alejandro Hener, Nahuel Cano y Patricio Aramburu), Juan Pablo Gómez expone desde la ironía aquello que pretende mostrarse como única tragedia de estos tiempos: el fracaso burgués, porque en un mundo sin dioses ni héroes se nos quiere aleccionar con el miedo al barato destierro del país del éxito. Pese a su terrible apariencia, ser expulsado de ahí no es más que el módico castigo a una módica existencia”.  Ver nota completa

Mariano Beitia (Vuenosairez):
“La magia de la representación parece desvanecer las fronteras entre público e intérpretes. Todos estamos en ese vestuario, nadie quiere salir. El espectador quiere continuar con el deleite de la realidad, el instrumento actoral, interprete, atenaza nuestras pupilas con acciones triviales, la credibilidad misma del artificio perfumándonos de vivencias y un espacio que jamás se ha sentido tan afortunado (…) la funesta convención que nos lleva a batir palmas a rabiar por el acontecimiento, una perfecta puesta”.  Ver nota completa

Diego Braude (Imaginación Atrapada):
“Entre las luces de tubo y los lockers vacíos, se rebelan contra el morbo de lo que hay ahí afuera. Pero, también, se esconden (o se refugian) de tener que enfrentar los hechos. Cada uno lo hace como puede… la muerte no viene con un manual de instrucciones”.  Ver nota completa

Miguel Passarini (Puro Teatro Rosario):
“Lo que se ve, se vuelve extremadamente realista: los actores están allí, en tiempo real, lo que pasa puede estar pasando de verdad a ésa hora, en ése lugar (…) Una propuesta singular, que tiene como mayor objetivo la idea de producir ficción desafiando, incluso, el morbo de un público que está metido adentro del dispositivo, muy próximo a la escena”.  Ver nota completa