miércoles, 2 de septiembre de 2009

Notas y Críticas:

TRES AMIGOS Y UN FUNERAL. Por Mercedes Halfon.
PÁGINA/12. Suplemento RADAR.

El vestuario donde están refugiados estos personajes es muy pequeño, los actores se mueven tan cerca de los espectadores que hasta pueden rozarlos. Algo del agobio en el que estos chicos de provincia viven su rutina cotidiana (en Buenos Aires o fuera de ella), los movimientos circulares de los que no pueden escapar, aparece en la incomodidad del espacio pequeño. En ese sentido, el espacio “no convencional” del club es tomado por la obra de una forma más que contundente. No se trata de una pura gestualidad sino que todo resuena, todo se vuelve materia emocional del teatro...
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